Nuestro tratamiento facial comienza con un proceso de limpieza profunda que elimina eficazmente el maquillaje, la suciedad y el exceso de grasa, dejando tu piel fresca y purificada. A continuación, procedemos con una exfoliación suave, diseñada para eliminar las células muertas de la piel, revelando un cutis más suave y luminoso. El siguiente paso se centra en la hidratación, restaurando la humedad para dejar tu piel rellena, flexible y radiante.
A lo largo del tratamiento, nuestro objetivo es ofrecer una experiencia relajante que no solo calme tu piel, sino que también ayude a reducir el estrés. A medida que trabajamos, se promueve la circulación mejorada, aumentando el flujo sanguíneo para una apariencia más saludable y juvenil.
